Autor Eladio on Feb 12, 2016 4:01:23 GMT -8
¿Alguna vez has sentido que tomaste una mala decisión que arruinó muchas cosas en tu vida? ¿Has creído que eso te llevó a un callejón sin salida? O peor aún ¿has pensado que tus elecciones te fueron convirtiendo en una mala persona?
Todos los actos tienen repercusiones, y muchas veces te equivocas a tal grado que esas consecuencias impactan a largo plazo en tu vida. Sin embargo, tienes que saber que todas cometemos errores porque no somos personas perfectas y a lo largo de tu vida seguirás equivocándote porque es normal y siempre hay una salida.
Pero es complicado aceptar y reconocer cuando has fallado, más aún cuando buena parte de eso implica disculparte con las personas que heriste. Y al final del día, hacer lo correcto y asumir las secuelas de tus actos puede implicar tirar por la borda años de trabajo para conseguir lo que has soñado… y esa no es una decisión fácil de tomar.
Y es que muy probablemente, al momento de tomar un camino, hayas considerado que valía la pena sin medir las consecuencias o tal vez lo hicieras de manera impulsiva. Sin importar cuál sea el caso, te quiero decir que siempre es buen momento para aprender de tus errores y tratar de sanar los daños… El primer paso es perdonarte.
He aprendido que muchas veces tú misma te castigas severamente por tus acciones y eso no es muy bueno que digamos. Lo mejor es que intentes sacar lo más positivo de cualquier situación y aprendas la lección para que en el futuro tus decisiones sean más sabias. Si afectaste a alguien, discúlpate con toda sinceridad y trata de reconciliarte con esa persona demostrándole con hechos que en verdad lamentas lo que hiciste; sentirás que se te quita un gran peso de encima.
Finalmente quiero decirte que una mala decisión no significa que todos tus actos subsecuentes deban ser errados y que hay personas a tu alrededor que te quieren, se preocupan por ti y te aceptan tal cual porque eres única y tan humana como cualquiera.
Lichita
Todos los actos tienen repercusiones, y muchas veces te equivocas a tal grado que esas consecuencias impactan a largo plazo en tu vida. Sin embargo, tienes que saber que todas cometemos errores porque no somos personas perfectas y a lo largo de tu vida seguirás equivocándote porque es normal y siempre hay una salida.
Pero es complicado aceptar y reconocer cuando has fallado, más aún cuando buena parte de eso implica disculparte con las personas que heriste. Y al final del día, hacer lo correcto y asumir las secuelas de tus actos puede implicar tirar por la borda años de trabajo para conseguir lo que has soñado… y esa no es una decisión fácil de tomar.
Y es que muy probablemente, al momento de tomar un camino, hayas considerado que valía la pena sin medir las consecuencias o tal vez lo hicieras de manera impulsiva. Sin importar cuál sea el caso, te quiero decir que siempre es buen momento para aprender de tus errores y tratar de sanar los daños… El primer paso es perdonarte.
He aprendido que muchas veces tú misma te castigas severamente por tus acciones y eso no es muy bueno que digamos. Lo mejor es que intentes sacar lo más positivo de cualquier situación y aprendas la lección para que en el futuro tus decisiones sean más sabias. Si afectaste a alguien, discúlpate con toda sinceridad y trata de reconciliarte con esa persona demostrándole con hechos que en verdad lamentas lo que hiciste; sentirás que se te quita un gran peso de encima.
Finalmente quiero decirte que una mala decisión no significa que todos tus actos subsecuentes deban ser errados y que hay personas a tu alrededor que te quieren, se preocupan por ti y te aceptan tal cual porque eres única y tan humana como cualquiera.
Lichita