Autor cam4 on Jul 26, 2016 17:02:58 GMT -8
Una venganza bajo el sol
Flor del Caribe, la segunda telenovela brasileña que TV Azteca transmite en el horario vespertino, llegó a su fin en el capítulo 70, en una versión resumida para la audiencia mexicana.
Fue una historia de traición, venganza y pasiones, ambientada en paradisiacas playas de Brasil e inspirada en El Conde de Montecristo que gracias a la rápida edición, nunca decayó en emoción.
(Spoilers) En el capítulo final de una hora y media de duración se resolvieron todas las abundantes tramas secundarias. Taís (Débora Nascimento) se convierte en una modelo famosa. Helio (Raphael Viana) sale de la cárcel bajo libertad condicional. Juliano (Bruno Gissoni) y su esposa recibieron con alegría a su bebé. El anciano Dionisio (Sergio Mamberti) es encarcelado por sus crímenes durante la Segunda Guerra Mundial. Alberto (Igor Rickli) ingresa al manicomio pero escapa y alcanza a Cassiano (Henri Castelli) y Ester (Grazi Massafera) cuando están a punto de empezar su luna de miel en un yate. Alberto se intenta suicidar metiéndose al mar pero Cassiano logra salvarlo y se lo agradece. Después solo vemos a los protagonistas admirar unas “flores del caribe” a las que comparan con su familia.
La historia central basada en la obra de Alejandro Dumas fue complementada con las típicas tramas populacheras de las telenovelas brasileñas más un drama histórico que involucró a un criminal de guerra nazi.
No faltaron los clichés del género. Un claro ejemplo de ello fue la fantasiosa huida final de Alberto del manicomio y su mágica llegada hasta donde estaban los protagonistas. Sin embargo, aquí podemos constatar que hasta los clichés bien ejecutados son entretenidos.
Fue agradable ver en el elenco a figuras que ya conocíamos de Avenida Brasil como Débora Nascimento, Bruno Gisssoni, Thiago Martins (Rodrigo) y Juca de Oliveira (Samuel).
Definitivamente quien se llevó la telenovela fue Igor Rickli como el villano Alberto Albuquerque. El deseo, la envidia y los celos fueron solo algunos de los sentimientos que llevaron a “Beto” a la locura y Rickli nos envolvió en su drama. La música del aria E Lucevan le Stelle de la ópera Tosca de Puccini enalteció el desgarrador drama interior que vivía Alberto.
El asunto del nazi y los judíos fue abordado sin alarmismo y el desenlace de esta subtrama fue una catarsis a los traumas de los personajes que sufrieron en ella.
De 10 estuvieron las escenografías, las locaciones, la edición y la dirección de cámaras. Las texturas y colores cálidos enmarcaron la belleza de los rincones playeros que nos ofrecieron a lo largo de la trama.
Flor del Caribe proviene de una historia clásica y hay infinitas formas de contar la misma historia. En estos tiempos de refritos continuos y malhechos, se agradecen telenovelas como esta que se sienten comprometidas con su público, no con la televisora.
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